Cómo superar las pruebas PISA con el método Glifing para escuelas: Glifaula
La lectura es un hecho personal, de dimensión social, al cual se accede desde el colegio, pero que necesita el refuerzo y el hábito desde la familia y que nos proyectará un mayor o menor éxito en la validación del sistema educativo de un país. Por esto es tan importante detectar los problemas de aprendizaje para leer bien.
La lectura nos mide personalmente, pero también como sociedad.
Las últimas pruebas PISA han suspendido a todos los países de habla española y esa preocupación solo tiene un camino de recuperación: trabajar con cada niño para que cada uno pueda llegar a su máximo potencial.
Nuestro método de lectura nació para ayudar a un niño a superar sus dificultades de lectura. Dificultades que más tarde tuvieron un nombre, dislexia. Este niño, como cientos de miles, estaba fracasando en el colegio porque no era capaz de leer con fluidez.
El hecho de que el método de entrenamiento que diseñamos con la Universidad de Barcelona tuviera éxito con él, y con el resto de los niños y niñas de la prueba piloto, nos llevó a diseñar el modelo Glifaula que hoy en día utilizan muchos colegios de España, Argentina y varios países de América Latina. Es decir, adaptamos el método Glifing al entorno escolar.
¿Por qué el colegio? Porque ahí es donde aparecen los primeros problemas cuando los niños no consiguen avanzar con un buen ritmo en sus habilidades de lectura. Problemas que, si los cazamos al vuelo, es decir, si podemos detectarlos de forma precoz, se convierten en meras diferencias de aprendizaje.
Detectar los problemas de aprendizaje a tiempo
Así que nuestra misión fue llegar antes de que se produjera el fracaso. Los países con los mejores resultados en lectura, como por ejemplo Finlandia, tienen un muy buen modelo de prevención. Detectar los problemas de aprendizaje para leer bien es la clave.
¿Cómo lo hacemos en Glifing? Midiendo. Es decir, evaluando la lectura del alumnado desde el primer curso de primaria. La evaluación tipo “screening” es muy rápida, pero nos aporta los datos necesarios para saber cuál es el nivel de las destrezas lectoras del alumnado. Una evaluación eficiente debe darnos, de forma muy rápida, datos acerca del nivel de mecánica lectora y el grado de comprensión.
¿Por qué de forma muy rápida? Porque el tiempo apremia en los colegios: no podemos pasar evaluaciones que nos demoren demasiado tiempo y nos retrasen la toma de decisiones. La clave de la detección precoz de los problemas de aprendizaje es actuar lo antes posible.
Durante los dos primeros meses del inicio de curso, realizamos las evaluaciones y obtenemos datos de cómo lee cada alumno y adaptamos su posterior entrenamiento lector a esa realidad objetiva que, acompañado del conocimiento que cada maestra tiene de su alumno, nos da la mejor guía de intervención en el aula y en casa.
Así que la parte buena de trabajar con los colegios es la posibilidad de intervenir de forma precoz y así evitar el fracaso de aquellos niños con una posible dificultad de lectura.
Otra de las ventajas es que podemos personalizar el camino de aprendizaje de cada alumno, lo cual nos permite trabajar, en el primer ciclo de primaria, con todos los alumnos, aunque no tengan dificultades de lectura, y asegurarnos así un entrenamiento a la medida de cada uno que permite que cada alumno pueda desarrollar su máximo potencial. Como he comentado anteriormente, la clave está en detectar los problemas de aprendizaje para leer bien.
Hablamos de “leer bien”, pero ¿qué significa leer bien? Leer bien es leer fluida, precisa y comprensivamente.
- La fluidez consiste en leer a cierta velocidad. Aquí te dejamos un apunte de cuáles son las velocidades de lectura esperadas según los baremos de Glifing.
Nota 1: la velocidad de lectura se mide por palabras correctas leídas por minuto.
Nota 2: estas medidas son orientativas y pueden variar según la complejidad del texto leído, pero pueden servir de guía para entender de qué hablamos exactamente cuando hablamos de una lectura lenta o del nivel de lectura esperado.
2. La precisión consiste en leer correctamente las palabras. No inventar palabras, cambiarlas por otras, o leer unas letras en vez de otras.
3. La comprensión es una mezcla entre hacerse una imagen mental de aquello que se lee, más recordar la información más relevante de lo que hemos leído. Es decir, cuando comprendemos, de alguna manera visualizamos lo que estamos comprendiendo y lo comparamos y añadimos a nuestro conocimiento previo. De alguna manera nos apropiamos de aquello que pasamos a entender.
Los estudios sobre el abordaje de la comprensión son extensos y hacen referencia a varios aspectos de la misma. Hemos visto que para acceder a la comprensión lectora necesitamos una cierta automatización del mecanismo decodificador y de una memoria de trabajo activa, pero también necesitamos conocimiento del léxico, es decir, conocer el significado del vocabulario, y un conocimiento sintáctico que nos permita entender la relación entre las palabras.
Teniendo en cuenta estas variables: mecánica lectora y comprensión, atender la diversidad en las aulas es una de las claves del éxito. Y la diversidad se refleja en una campana de Gauss como la del dibujo adjunto:
Un 5% de los niños en un aula (cola derecha de la campana de Gauss) aprende, o ha aprendido, a leer prácticamente solo, sin apenas esfuerzo. A estos alumnos solo hay que darles el espacio y la oportunidad de acceder a lecturas motivantes.
Entre un 5 y un 15% de los niños de esa misma aula (cola izquierda de la campana de Gauss) tiene graves dificultades para aprender a leer o para alcanzar una lectura fluida. Estos niños y niñas van a tener que realizar un gran esfuerzo y, aun así, no van a seguir el ritmo de sus compañeros. Si no son detectados y no actuamos correctamente y a tiempo, los perderemos en un mar de frustración.
Un 25% de alumnos muestra una lectura deficiente (en naranja en la campana de Gauss) y, aunque probablemente no acuse las dificultades de sus compañeros del punto anterior, va a necesitar una guía sistemática y adaptada para adquirir y afianzar la lectura.
Si estos alumnos no reciben una guía sistemática, puede ser que con su trabajo personal puedan pasar a la normalidad, pero también puede ser que pasen a engrosar el grupo anterior de niños con una mala lectura.
El resto son alumnos considerados en la media esperada, no mostrarán dificultad en el aprendizaje, pero durante los primeros años de primaria también deberán recibir una enseñanza explícita y una práctica organizada para poder desarrollar sus capacidades innatas.
Los niños “caen” en uno de estos 4 grupos por sus capacidades naturales, no por su voluntad. Un niño no decide ser “aquel que no aprende a leer” o “aquel que mejor lee de la clase”.
Ellos descubren sus capacidades y luego las aprovechan o las sufren, según sea el caso. Está en nuestras manos darle a cada niño aquello que necesita para cumplir este hito de la lectura de la forma más eficiente y placentera posible.
Este conocimiento acerca de los diferentes perfiles de lectura, y el saber que en los primeros años de primaria todos los alumnos necesitan trabajar fuertemente la lectura, nos llevó a la decisión de trabajar con los colegios. El objetivo es así disminuir la brecha de acceso entre las familias y ofrecer un buen entrenamiento lector.
Detectar los problemas para leer bien durante estos años, nos han brindado la posibilidad de compartir grandes alegrías con innovadoras direcciones de los centros escolares, con docentes maravillosos, con alumnos ávidos de aprender y con familias agradecidas por el cambio en la actitud de sus hijos frente a la lectura.