Para la mayoría de nosotros puede resultar un poco costoso e incierto recordar cómo aprendimos a leer, aunque tampoco recordaremos cómo aprendimos a hablar o a andar. Aunque estas son habilidades que pueden relacionarse, porque son hitos importantes del aprendizaje de las personas, las formas en que fueron adquiridas difieren profundamente.
El aprendizaje del lenguaje hablado es automático y natural y requiere de estar inserto en un medio que estimule ese proceso, es decir, para aprender a hablar solo debemos estar expuestos a oír a los que hablan. Pero aprender a leer, necesita más que estar rodeados de letras. Aprender a leer requiere de una instrucción explícita por parte del que enseña y de una práctica sostenida y consciente por el lado de quien aprende.
Conscientes del reto que supone a los educadores que todos sus alumnos aprendan a leer, los maestros a lo largo de la historia han pensado mucho acerca de cuál es la mejor forma de ayudar a los niños a aprender a leer.
Ningún método ha triunfado por sí solo para todo el alumnado. De hecho, en muchas ocasiones hasta se han enfrentado y en la actualidad continúan polarizando a la comunidad educativa. Para ayudar a forjar un consenso, os propongo que nos acompañéis a analizar diferentes aspectos que integran esta temática, cómo son: el concepto de método, los diferentes tipos de métodos y la manera en que nuestro cerebro aprende a leer de una manera eficaz.
Cuando entramos en materia de lectura centrándonos en los métodos de aprendizaje, la herencia histórica nos ha planteado dos grandes modelos: el global y el analítico.
Pero antes de adentrarnos en este maravilloso universo de la enseñanza de la lectura, analizaremos qué es y qué representa elegir un método frente a otro.
La definición de método, según la RAE (Diccionario de la Real Academia Española) nos dice que método es:
- Modo de decir o hacer con orden.
- Modo de obrar o proceder, hábito o costumbre que cada uno tiene y observa.
- Obra que enseña los elementos de una ciencia o arte.
- Procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla.
Y sus sinónimos se refieren a:
Así pues, un método hace referencia a un sistema formado por diferentes pasos ordenados, que responden a unos criterios o normas, que permiten definir un procedimiento a seguir para alcanzar un determinado objetivo.
Además, la propia definición antes compartida nos lleva a las palabras ciencia y voluntad de hallar la verdad. Por ello, hay que tener en cuenta que, quien propone un método, en pos de ofrecer el mejor camino posible, considera oportuno apoyarse en la evidencia científica para buscar la verdad, es decir, dilucidar cuáles son, de verdad, los mejores pasos a seguir.
También podemos utilizar como sinónimo el término modelo, ya que nos acerca a la idea de esquema o marco teórico que se ofrece como guía para ser imitado.
Entonces, cuando hablamos de métodos o modelos de lectura, nos referimos a aquellas intervenciones pedagógicas, ordenadas, estructuradas y graduadas, que están orientadas a alcanzar el propósito de enseñar a leer a un niño. Ahora bien, no deben ser acciones cualquiera, sino aquellas que se sustentan en un marco teórico que nos explica de qué manera será más eficaz alcanzar nuestra meta.
Un aspecto importante en todo método, pues, será elegir bien los pasos a seguir y en este punto cobran relevancia los aportes de la neurociencia de la lectura.
Modelo de lectura de doble ruta: fonológica y léxica
Miremos cómo aprende a leer el cerebro. Para ello, nos centraremos en los avances de las neurociencias, que por medio de las neuroimágenes, nos permiten recorrer el interior de este proceso.
En este sentido, estudiar las diferentes zonas del cerebro que se activan cuando un niño lee, nos han permitido corroborar que el modelo teórico de la doble ruta de la lectura (Marshall & Newcombe 1973 , Shallice & Warrington, 1980; Coltheart, M., 1980; Saffran, E.M. 1985), no es solo un marco teórico, sino una explicación muy cercana a cómo se activan las dos rutas cerebrales para poder acceder al código escrito.
Así pues, el Modelo de la Doble Ruta nos explica que el cerebro emplea dos rutas o caminos neuronales para poder leer: son las vías fonológica y léxica de la lectura.
Vía fonológica
Una primera ruta es la llamada vía fonológica, en la cual el cerebro, mediante un análisis minucioso, va accediendo al código escrito, al realizar una asociación entre la grafía y el sonido de cada letra. Evidentemente, no podríamos acceder a la comprensión si esta fuera la única vía de acceso, porque necesitamos no solo leer con precisión, sino a un ritmo y con una prosodia. En esta primera etapa, los niños requieren de una enseñanza explícita y mucha repetición.
La enseñanza explícita significa enseñar las RCGF (reglas de conversión grafema fonema). No dejar librado al azar este aprendizaje, sino facilitar este acceso al código para que el niño pueda realizar todas las combinaciones que sean necesarias para leer cualquier palabra desconocida, con precisión y de manera eficaz.
Vía léxica
Una segunda ruta es la llamada la vía léxica, esta es una ruta global, mediante la cual el cerebro reconoce la palabra como un todo. Gracias a la ruta léxica de la lectura, nuestro cerebro es capaz de leer, “a simple golpe de vista” y sin decodificar letra a letra, aquellas palabras que ya se han procesado varias veces. Porque las palabras que ya hemos leído muchas veces, quedan almacenadas en un diccionario de palabras denominado léxico mental. Gracias a este gran almacén de palabras, logramos leer con fluidez.
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Método analítico y método global
Cada una de estas vías dio origen a dos grandes métodos de enseñanza: los métodos analíticos y los métodos globales.
El método analítico o fonético, enseña a los niños cómo utilizar el conocimiento del alfabeto para poder leer las palabras.
En el método global o sintético, los niños aprenden a reconocer a simple vista un vocabulario determinado y gradualmente van aumentando la cantidad de palabras a través de la exposición constante a los textos.
Para saber más sobre ambos métodos, puedes leer este otro artículo de nuestro blog.
Otro aspecto que suele traer confusión y acaloradas discusiones es considerar como métodos de enseñanza de la lectura a las diferentes técnicas que los acompañan. En muchas ocasiones, y lo puedes comprobar preguntándole a ChatGPT sobre los diferentes métodos de lectura, solemos mezclar método con técnica. Técnicas que realmente componen algunos de los pasos o ejercicios que contemplan los diferentes métodos.
Algunas de estas técnicas son:
- El aprendizaje multisensorial: puede encontrarse tanto dentro del método global como en el analítico y consiste en incorporar diferentes materiales para acercarse a la letra: verla, tocarla, crearla con barro…
- Las lecturas repetidas: la repetición es un buen mecanismo para consolidar una lectura fluida, así que es una técnica válida en ambos métodos.
- Lectura en voz alta con modelado: escuchar a alguien que sepa leer bien facilita saber cómo hay que leer, pero no nos confundamos, ¡no aprenderemos solo escuchando!
- Secuenciación didáctica gradual y ordenada de la presentación de las letras y estructuras silábicas. Esta es una técnica necesaria en el caso de los métodos analíticos, como hacemos en Glifing y como explica Dehaene en su libro Aprender a Leer.
Glifing, método de lectura analítico
Glifing es un Método Analítico que parte del modelo de la Doble Ruta y que se enfoca en cinco pilares:
- la conciencia fonológica (conocimiento consciente de los sonidos como componentes de las frases, las palabras y las sílabas).
- la fonética (presentación estructurada de las letras y sus sonidos)
- la fluidez (debemos adquirir corrección y velocidad de descodificación)
- el vocabulario (el conocimiento del vocabulario es absolutamente necesario para activar una buena comprensión)
- la comprensión (las estrategias de comprensión pueden y deben ser enseñadas).
Este enfoque no solo respeta la forma en que la neurociencia nos explica cómo aprende el cerebro, sino que aborda todos los aspectos críticos de la lectura, incluyendo actividades específicas para desarrollar cada uno de los cinco componentes.
Te compartimos un simple ejemplo a partir de una sesión en donde podrás visualizar como en Glifing se trabaja el principio alfabético en esta ficha imprimible de una sesión.
Así mismo, podrás valorar cómo implementamos diferentes técnicas cómo son la presentación de estímulos visuales, la repetición de una secuencia, la graduación de complejidad, así como la posibilidad del trabajo con sílabas y modelado de la lectura en voz alta.
Por último, complementamos todo este trabajo de lectura que un niño realiza en la plataforma con una ficha de escritura que tiene como finalidad reforzar el acto de leer a través del gesto gráfico y la activación de engramas motores que facilitan el proceso lector.
Para finalizar, reflexionemos sobre la importancia de la lectura y como en la actualidad la misma compite con otros distractores que un niño tiene a su alcance en el mundo en el que vive. Por ello, tener en claro cómo aprende el cerebro a leer y cuál es el camino más eficaz para su enseñanza, es el objetivo a alcanzar de todo educador. Un recorrido, que nos llevará mucho tiempo y en el que no debemos perder de vista que, como todo aprendizaje, debe partir de la motivación y consolidarse a través de experiencias gratificantes. En la actualidad, este recorrido y los pasos a seguir para alcanzar la lectura autónoma de un niño, están respaldados por lo que la evidencia científica nos brinda.
En Glifing, logramos este objetivo para que los niños no solo aprendan a leer, sino que sea una actividad gratificante para escoger cualquier libro de lectura y disfrutar con la historia del cuento o la novela cuando sean mayores. Os alentamos a formar parte de esta experiencia innovadora.