Glifing: una historia de amor, errores y perseverancia

Virginia Krieger – Recerca

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Este escrito está dedicado a todos los padres y maestros que nos equivocamos cada día, pero que también persistimos cada día.

Montserrat Garcia Ortiz

Muchos conocen la historia de Mario, el niño que dio lugar a Glifing. Un entrenamiento lector para paliar las dificultades de lectura, para aprender a leer con fluidez y comprensión, para canjear el fracaso escolar por éxito personal. Es una gran historia de amor, errores y perseverancia.

Mario, el niño que aprendió a leer

Mario quería tirar la toalla, su lectura lenta y entrecortada le granjeaba muchos sinsabores desde muy pequeño. Estaba finalizando quinto curso de primaria y había ya repetido cuarto grado. Al parecer, sus maestros creyeron que con ese nivel de lectura no podía seguir avanzando. Pero Mario no podía tirar la toalla. No tenía más remedio que seguir avanzando por su ruta académica soportando su idea de fracaso y de impotencia.

Mario fue el primer niño en glifear para mejorar la lectura. Él es solo una muestra más de cómo la perseverancia sigue siendo un valor poderoso todavía hoy, o sobre todo hoy, en el mundo de la inmediatez, del todo fácil y del todo está bien. 

¿Qué es la perseverancia?

La perseverancia sigue siendo un valor para conseguir aquello que nos propongamos. La perseverancia es aquello que te separa de la sensación de fracaso e impotencia y te acerca. Quizás no a lograrlo, no siempre logramos todo lo que nos proponemos, pero al menos sí nos acerca a sentir orgullo de nuestra manera de encarar los retos.

Porque no, no siempre conseguimos todo lo que nos proponemos. Quizás no en la forma en que lo deseábamos o no en el momento en que lo queríamos, o no de forma completa e inmediata. Pero la perseverancia tiene premio por sí misma, independientemente del objetivo, la perseverancia moldea nuestra personalidad para hacer de nosotros mejores personas.

La virtud de la perseverancia trasciende los resultados inmediatos. Cuando nos esforzamos constantemente por alcanzar un objetivo, aunque este no se cumpla del todo, desarrollamos habilidades esenciales que forman nuestro carácter y refuerzan nuestra resiliencia.

Las habilidades que la perseverancia nos ayuda a desarrollar

  1. Fomento de la resiliencia: enfrentarnos a retos y dificultades mientras intentamos perseverar nos enseña a gestionar el estrés y a adaptarnos a situaciones cambiantes. Esta capacidad es fundamental no solo para superar obstáculos específicos, sino también para mantener una actitud positiva frente a futuros desafíos.
  2. Desarrollo de valores intrínsecos: la perseverancia fomenta valores como la disciplina, la paciencia y la dedicación. Por ejemplo, como se destaca en el contexto del aprendizaje lector con Glifing, el entrenamiento constante y adaptado no solo ayuda a mejorar habilidades concretas (como la lectura), sino también a fortalecer la confianza en uno mismo y la constancia. 
  3. Reforzar el proceso, no solo los resultados: el acto de perseverar en sí mismo enseña que el aprendizaje y el crecimiento personal a menudo son más importantes que la consecución de una meta específica. A través de este proceso, aprendemos a valorar el trabajo, a corregir errores y adquirir conocimientos que pueden aplicarse en otros ámbitos.
  4. Construcción de la identidad y el autocontrol: la perseverancia nos permite construir una identidad basada en la determinación y el esfuerzo. Aprendemos que parte del éxito está en nuestras manos y eso nos da poder. Hace que nos sintamos valiosos por quienes somos y por lo que hacemos más allá de los resultados esperados. Ese valor que nos podemos atribuir gracias a la perseverancia nos hace seres más libres. Nos sentimos más dueños de nosotros mismos y menos dependientes de las circunstancias externas.

En conclusión, más allá de los resultados tangibles, la perseverancia nos ayuda a desarrollar un carácter resiliente y equilibrado. Es una habilidad que, cuando se cultiva desde pequeños en entornos educativos y familiares, proporciona una base sólida para el bienestar emocional y futuros logros.

Sobreproteger a nuestros hijos y alumnos no les hace ningún bien.

Así que, padres y educadores en general, debemos dejar de proteger a nuestros hijos y alumnos del fracaso alejándolos de los retos. El amor responsable no elimina el reto: prepara un camino de trabajo respetuoso.

¿Qué sería ese trabajo respetuoso? Un trabajo a medida de sus posibilidades, un trabajo que plantea desafíos asequibles, desafíos y retos que puedan alcanzar a través justamente de la perseverancia. Un trabajo que permite el error, que no lo esconde, que no lo enmascara, que lo muestra como un elemento de aprendizaje más, quizás uno de los más valiosos.

No les robemos, con la excesiva protección, la posibilidad de labrarse un interior fuerte y resiliente. No les quitemos la posibilidad de reconocer el propio error, para poder comprender y perdonar el error del otro. La empatía se desarrolla cuando nos conocemos y podemos reconocernos en el otro. Proteger a los niños del error, haciendo ver que no existe, es crear niños débiles y probablemente poco empáticos.

Niña y niño aprendiendo con perseverancia

Aceptar el fracaso y superarlo

El fracaso forma parte de la vida, igual que el éxito. Tenemos que aprender a lidiar con él. Pero el mismo fracaso tiene un valor muy distinto dependiendo de si ha habido persistencia o no en el proceso que llevó a él:

  • El fracaso sin persistencia suele percibirse como una falta de compromiso o esfuerzo. Al no haber una inversión significativa de tiempo o energía, el aprendizaje que se extrae del error será superficial. Además, genera sentimientos de arrepentimiento por no haberlo intentado suficientemente, y eso queda sujeto a un autoconcepto negativo, donde el fracaso es visto como una señal de límites personales inmutables.
  • En cambio, el fracaso con persistencia tiene un valor constructivo porque se basa en un esfuerzo genuino y sostenido que demuestra compromiso y resiliencia. Aporta un aprendizaje rico y detallado, ya que la persistencia permite explorar diversas estrategias y entender mejor las causas del resultado.

Este camino de persistencia, como apuntábamos antes, fortalece el carácter, ya que enseña a aceptar el fracaso como parte del camino hacia el éxito. Además, ayuda a desarrollar una mentalidad de crecimiento, en la que se entiende que el fracaso es temporal y puede superarse con trabajo y adaptación.

Por tanto, el fracaso tras la persistencia no es realmente un final, sino una experiencia transformadora que puede enriquecer el camino hacia futuros logros. Es un recordatorio de que, aunque no siempre se logre la meta, el proceso en sí mismo nos hace mejores.

Si te interesa, puedes leer este artículo sobre cómo detectar las dificultades de lectura.

Así nació Glifing: con amor, errores y perseverancia

Glifing mismo nació así, nació del amor, labrando un camino respetuoso para Mario, pero también nació de la perseverancia. De no tirar la toalla ante un niño de quinto grado, nació aceptando los errores, los de Mario al leer, los míos al no acertar siempre el mejor camino al primer momento. Nació rectificando las actividades para adaptarlas a las necesidades de la lectura de Mario. Nació con el aprendizaje de Mario al aceptar sus equivocaciones, nació con la frase de Fabricio que cada día, al terminar su sesión Glifing me decía “mañana lo haré más mejor”.  

Y esta es parte de la filosofía Glifing que nos acompaña cada día en todo lo que hacemos. También es lo que definió el trabajo de Mario y de miles de niñas y niños después de él. Y es también el trabajo que se desarrolla en estos momentos en centenares de colegios, en miles de hogares. Glifing no solo enseña a leer: enseña a recorrer el camino de la vida, abrazando cada paso, independientemente del resultado final. Porque la vida no es un resultado, la vida es el camino.

Montserrat Garcia Ortiz

Psicóloga especializada en aprendizaje de la lectura 

Resumen de este post

En Glifing hemos desarrollado un método genial que nos permite entrenar las habilidades lectoras a través del juego.
Glifing está indicado para cualquier edad, desde los primeros años de acceso a la lectura hasta la edad adulta.
Nuestro objetivo es que leer sea divertido y así acercarte al éxito académico y personal que todos merecemos.

¿Quieres vivir la experiencia Glifing?
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