El mundo de la educación es tan bonito como controvertido, y abre algunos debates interesantes. En los últimos años se está hablando mucho sobre la mejor manera de enseñar a leer, y se ha abierto la brecha entre dos mundos que parecen irreconciliables, pero ya os aviso de que no lo son.
Solo hay que mirar el cerebro, ver cómo lee y como aprende a leer. Solo hay que escuchar a las voces más representativas de la actualidad investigativa. Solo hay que ver cómo aprenden a leer los niños, todos, desde los que lo hacen con gran facilidad, hasta los que se encallan ya en el punto de partida.
Las imágenes que se obtienen del cerebro en activo nos han permitido corroborar que el modelo teórico de la doble ruta de la lectura (Marshall & Newcombe 1973 , Shallice & Warrington, 1980; Coltheart, M., 1980; Saffran, E.M. 1985) , no es solo un modelo, sino una realidad, puesto que parece ser que nuestras “neuronas lectoras” surcan realmente dos rutas cerebrales para poder acceder al código escrito.
La vía fonológica: relacionando sonidos
Una primera ruta es llamada la vía fonológica, esta es una ruta analítica, mediante la cual el cerebro “ve” cada letra y la relaciona con un sonido. Colocar cada sonido rápidamente uno detrás de otro nos permite descifrar cualquier palabra escrita, cualquiera, aunque no la hayamos oído nunca. Usted puede leer la palabra “consuetudinariamente”, que quizás no conozca o no haya leído antes, porque su vía fonológica de la lectura está funcionando correctamente. La vía fonológica le permite leer todo aquello que usted pueda relacionar con un sonido.
La vía léxica: leer sin descomponer
Una segunda ruta es la llamada la vía léxica , esta es una ruta global, mediante la cual el cerebro reconoce la palabra como un todo. Nuestro cerebro no puede reconocer la palabra “anticonstitucionalmente” como un todo si no está habituado a ella, pero sí puede hacerlo con las palabras más frecuentes. Es decir, nuestro cerebro es capaz de leer rapidísimamente y sin decodificar aquellas palabras que ya ha procesado varias veces. Esta ruta no permite leer cualquier palabra, pero las conocidas pueden ser leídas a gran velocidad.
Bien, cada una de estas vías ha dado pie a los dos grandes modelos de enseñanza de la lectura.
El modelo analítico apela a la primera ruta, la vía fonológica, y el modelo global apela a la segunda ruta.
Supera dificultades de lectura de los niños
Aprender a leer
¿Dónde estaría pues el kit de la cuestión? En que el primer paso para aprender a leer radica en poder descifrar el código (análisis) y el segundo paso para acceder con comodidad a la lectura global rápida radica en reconocer rápidamente la mayor parte de las palabras. Por lo tanto, la mejor manera de enseñar a leer es empezando con un método analítico, y apelar al desarrollo de la vía léxica a partir del entrenamiento continuado de la lectura.
Así que, muy lejos de hablar de modelos irreconciliables, hablamos de un único modelo, el real, el que la neuroimagen ha validado. Un modelo en dos pasos que trabajará, en primer lugar, la vía fonológica y, en segundo la vía léxica. Nos encontramos, entonces, muy lejos de lo que parecían dos mundos separados por un brecha, nos encontramos ante la construcción del puente que los une, es decir, ante aquello que necesitábamos saber para poder ayudar a los nuevos lectores en su aprendizaje lector de la forma más eficaz posible.
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